La
Repoblación Cristiana
La
repoblación es una nueva organización social, política y jurídica
de las nuevas tierras conquistadas a Al-Ándalus. Sus objetivos: integrar
políticamente a los repobladores, utilizarlos en la defensa de la
frontera y en la futura expansión, así como atraer a nuevos
pobladores. Sus formas fueron:
La
presura, tipo de repoblación libre que afectó al valle del
Duero y al sur de los Pirineos. Los monarcas concedieron pequeñas
parcelas (alodios) a los campesinos con el fin de ocupar las nuevas tierras que se
hallaban escasamente pobladas. Su consecuencia fue la la existencia
de comunidades de campesinos libres.
La
concesión de fuero en los valles del Tajo y del Ebro, donde
tuvieron que repoblarse importantes ciudades o concejos que
controlaban amplios territorios rurales (alfoz). Fueros -a veces incluyen la primitiva carta de población- son instrumentos jurídicos, otorgados por los monarcas, y en ellos se fijan los límites de los términos, las condiciones de acceso a la tierra, normas básicas de gobierno municipal que regulaban la vida local y unas condiciones ventajosas: amplía autonomía,
inmunidades y privilegios.
En Aragón, a la población musulmana se le permite permanecer en sus casas durante un año; después deberán trasladarse a barrios extramuros y se les respeta sus costumbres, leyes y su religión (capitulaciones de Zaragoza). Son medidas para evitar el vaciamiento sistemático de la población conquistada, que habría paralizado la actividad económica. En estas condiciones de tolerancia se explica la permanencia de importantes contingentes de población musulmana en la ámbito rural; son los mudéjares.
En Aragón, a la población musulmana se le permite permanecer en sus casas durante un año; después deberán trasladarse a barrios extramuros y se les respeta sus costumbres, leyes y su religión (capitulaciones de Zaragoza). Son medidas para evitar el vaciamiento sistemático de la población conquistada, que habría paralizado la actividad económica. En estas condiciones de tolerancia se explica la permanencia de importantes contingentes de población musulmana en la ámbito rural; son los mudéjares.
Los monarcas concedieron Fueros de frontera
para un territorio marginal de escasa población, que se
convierte en un espacio-refugio para desarraigados de la sociedad o
incluso perseguidos por la justicia. Así, las cláusulas de algunos
fueros de frontera como Calatayud y Teruel,
contemplan expresamente la situación de estos delincuentes a quienes
el fuero extiende su perdón.
En
1247, en Huesca,
se encargó al obispo Vidal de Canellas
la recopilación-unificación de los fueros aragoneses, que expresan
la personalidad jurídica aragonesa y tuvieron efectos positivos en
la cohesión interna de sus habitantes.
Repartimientos.
En la conquista de Extremadura, la
Mancha y Andalucía,
la mayor parte del territorio
fue repartido en forma de grandes latifundios a nobles, clérigos y
órdenes militares que habían ayudado en las campañas. La ausencia
de medidas de tolerancia como las empleadas en Aragón
y Valencia, empujó
la población musulmana a huir hacia Granada y el norte de África.
El
carácter de la repoblación influyó en el posterior desarrollo
social y en una estructura de la propiedad que, salvo algunos
cambios, pervivió en España hasta el siglo XIX.
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