miércoles, 14 de mayo de 2014

Reforma Agraria



Clasificación
Nos entramos con dos tipos de documentos. El primero es un texto jurídico, fuente primaria, que nos ofrece tres de los artículos de la Ley  de Bases de Reforma Agraria. Luego hay dos gráficas, fuentes historiográficas y secundarias de naturaleza económica y social, elaboradas a partir de fuentes primarias (informes del IRA) que recogen datos de la aplicación de esta ley en dos momentos de la II República muy significativos, gobierno del Bienio Progresista y gobierno del Frente Popular. Su autoría es colectiva: Las Cortes españolas al aprobar en sesión parlamentaria el proyecto presentado por Marcelino Domingo, ministro de agricultura. El destinatario es la ciudadanía española, especialmente los afectados por dicha Ley: campesinos, jornaleros y propietarios de tierras.
Contexto histórico:
Se sitúa en el periodo de la II República, concretamente durante el primer bienio (1931-1933) en el que gobierna una coalición de republicanos y socialistas presidida por Manuel Azaña. La Ley de Reforma Agraria será una de las más importantes reformas que acometió el gobierno de la época.

Análisis
Este texto nos indica 3 de las 13 categorías de tierras expropiables:
·         Las ofrecidas por sus propietarios voluntariamente si son consideradas de interés por el IRA.
·         Aquellas tierras que no fueron compradas para ser cultivadas sino con fines especulativos o para percibir su renta
·         Las tierras mal cultivadas.
Las gráficas nos presentan dos fases bien diferenciadas del proceso de expropiación. La 1ª muestra las expropiaciones y asentamientos realizados durante el primer gobierno de Azaña. La 2ª, la superficie ocupada y las familias asentadas durante el breve periodo republicano del gobierno del Frente Popular.
Llama poderosamente la atención la contundente diferencia del volumen de tierras expropiadas y de campesinos asentados en los dos periodos: 116.837 hectáreas expropiadas en la primera fase y 572.055 en la segunda. Las familias campesinas asentadas en la primera fase fueron 12.260, y 110.921 lo fueron en la segunda fase. Diferencias que se hacen aún más patentes si se considera la diferente duración temporal de las dos fases de la Reforma Agraria.

Comentario: El problema agrario como cuestión pendiente, características de la reforma
agraria planteada

Introducción
La reforma agraria tuvo el mérito indudable de enfrentarse con un problema multisecular, que se planteaba ya en el momento del cambio de régimen con una especial virulencia dada la crisis económica, las expectativas sociales creadas por las ideologías revolucionarias del siglo XIX y, sobre todo, el empuje de una demografía pujante que no encontraba hueco en el mercado de trabajo.
Antecedentes
El historiador Claudio Sánchez Albornoz expuso la hipótesis de que las bases de los sistemas modernos de propiedad de la tierra en España proceden de la Reconquista. La desamortización liberal no vino más que a empeorar la estructura de la propiedad de la tierra. En el Sur fueron los grandes propietarios quienes se apropiaron de las tierras comunales, endureciendo aún más la vida de los sin tierra.
El problema agrario como cuestión pendiente
La estructura de la propiedad se podría dividir en cuatro niveles:
1.      Los grandes terratenientes  y grandes arrendatarios, que formaban la  durante tanto tiempo oligarquía rural.
2.      Los medianos propietarios que empleaban algo de mano de obra o que trabajaban sus tierras con ayuda  de mano de obra familiar. Este grupo formaba la clase media rural y fue la fuerza estabilizadora en Europa; su escasez en España (el 15% de la población en el Sur) fue la razón principal de la vulnerabilidad de la estructura social rural.
3.      Los pequeños: subforeros en Galicia, rabassaires en Cataluña y yunteros en Extremadura.
4.      Los jornaleros a destajo, hundidos en la miseria y la inseguridad: paro obligado durante gran parte del año, bajos salarios para los que logran ser contratados, incremento de la población, la falta de emigración -crisis económica internacional-,  condicionarán una fortísima tensión sobre la tierra.
Características de la reforma agraria planteada y resultados de la misma.
La República iba a intentar llevar a cabo la reforma agraria por la vía legal. Edward Malefakis distingue cinco etapas: En la primera, durante el Gobierno provisional, se dictaron una serie de decretos inspirados por el socialista Largo Caballero, ministro de Trabajo, para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los campesinos y jornaleros (se prohibió la expulsión de los pequeños arrendatarios; se establece la jornada de ocho horas en el campo; se establecen los jurados mixtos en el campo...) El segundo momento inicia la reforma global, que marchó más lentamente y ése fue precisamente uno de sus mayores defectos. Intereses contrapuestos de clase condicionaban a socialistas y a republicanos reformistas. Los socialistas querían un reforma amplia que supusiera la expropiación y posterior colectivización de todas las tierras salvo la de los pequeños propietarios.   Entre los republicanos de izquierda, que sostenían la balanza del poder, había opiniones desiguales e imprecisas. La mayoría de sus líderes tenían un escaso conocimiento de la problemática agraria y se hallaban más implicados en cuestiónes constitucionales o en  las relaciones Iglesia-Estado.  Una Comisión Técnica, nombrada al efecto,  presentó un anteproyecto que partía de la urgencia de tomar medidas y, en consecuencia, preveía la ocupación temporal de las tierras y el asentamiento de 60.000 a 70.000 familias al año y la reforma se financiaría mediante un impuesto progresivo sobre las grandes fincas. Este excelente proyecto  fue duramente criticado  tanto por sectores de la derecha como de la izquierda y se rechazó.
La tercera etapa fue durante la primera andadura parlamentaria: tres proyectos de ley, el último presentado por Marcelino Domingo, un auténtico desconocedor de la realidad rural, fueron sucesivamente debatidos de manera exhaustiva. Mientras, la Minoría Agraria, representante de los propietarios, procedió a una campaña de obstrucción sistemática. La parálisis legislativa terminó como consecuencia del levantamiento de Sanjurjo en agosto del 32. En contradición con la Constitución republicana, la tierra de los “grandes de España” fue confiscada, y la ley presentada por  Domingo fue aprobada el 9 de septiembre de 1932. 
El texto resultante resultó extremadamente complejo (ya he mencionado que había trece categorías de tierras expropiables). La Ley tenía que ser aplicada por el Instituto de Reforma Agraria (IRA), organización excesivamente burocrática que actuó con una lentitud proverbial. Además, todas las expropiaciones debían ser indemnizadas y el gobierno destinó a este fin un parco 1 %  del presupuesto. En resumen:  fue más un intento que una realidad. (compárese los resultados de la primera tabla con los 60.000 campesinos que como mínimo preveía el anteproyecto de la Comisión Técnica). Tanto jornaleros como propietarios quedaron profundamente decepcionados. Creció la agitación campesina por unas expectativas de transformación social decepcionadas.
Al otro lado del espectro político, la reforma agraria unió a los tradicionales sectores sociales dominantes en el campo y contribuyó, en grado similar o incluso superior a la "cuestión religiosa", a consolidarlos como bloque de oposición al régimen republicano.
Tuvieron lugar dramáticos hechos, el más grave: la ocupación de fincas en la pequeña población gaditana de Casas Viejas por parte de comités anarquistas, que desembocaron en el “bienio negro”, que será la cuarta etapa: la de la contrarreforma. La llegada del CEDA al poder hace explotar el octubre del 34.
Quinta etapa. El Frente Popular redistribuyó más tierra que durante los cinco años anteriores (obsérvese la segunda tabla). Gran número de campesinos, cansados de la lentitud del IRA ocuparon ilegalmente fincas al grito de ¡Viva la República! La FNTT, sección de la UGT en el campo, ocupó casi 250.000 hectáreas en la provincia de Badajoz. El Gobierno legalizaba la situación ex post facto. Según el historiador Manuel Tuñón de Lara aproximadamente un 5% de la propiedad agraria cambió de manos en 5 meses. Los efectos económicos fueron en gran medida destructivos, porque no supuso modernización ni productividad, sólo una mera redistribución sin capital ni desarrollo tecnológico. No dio tiempo para más, la guerra civil se echó encima.

Conclusión
Desde la objetividad que da el paso del tiempo, parte de la historiografía actual considera el problema agrario español de la primera mitad del siglo XX desde un punto de vista estructural, según el cual su resolución no se hallaba en el reparto de la propiedad sino en su desarrollo. Desde un punto de vista social, fueron los desajustes entre clase gobernante y clase dominante, la incapacidad de aquella en acabar con ésta en cuanto clase dominante, los que llevaron al fracaso de la República española. Hay que reconocer que la República tuvo que enfrentarse a problemas bien complejos y en circunstancias muy poco propicias, pero si republicanos de izquierda y socialistas hubiesen tenido en cuenta la realidad tal como eran verdaderamente y no a través de prismas ideológicos absolutos, tal vez hubieran tenido éxito en llevar a cabo la necesaria reforma agraria, tal vez se hubiera evitado el estallido de la guerra civil.

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