Se trata de un texto circunstancial: el Manifiesto del Frente Popular con su programa político de cara a las elecciones de febrero de 1936, del cual se ha seleccionado un fragmento. Es una fuente primaria de contenido político. Su autoría es colectiva: la coalición de partidos republicanos de izquierdas con partidos y sindicatos obreros. Su destinatario: los potenciales electores.
Contexto histórico:
En octubre de 1934 entraron en el Gobierno tres ministros de la CEDA. La reacción de una parte de la izquierda fue romper la legalidad mediante dos movimientos:
- La revuelta catalana: el presidente de la Generalitat Companys proclamó el Estat Catalá. Fue rápidamente reprimida por el ejército y el Estatuto fue suspendido.
- La revolución de Asturias: la izquierda obrera (encabezada por el PSOE) planteó una huelga general revolucionaria en toda España. Solo consiguió hacerse con el poder en Asturias, donde se mantuvo durante dos semanas.
La represión del Gobierno fue muy dura, trayendo tropas del ejército africano. Hubo miles de detenidos y el clima político y social se enrareció mucho.
En 1935, el escándalo de corrupción del “estraperlo” afectó seriamente al Partido Radical. La CEDA de Gil Robles pidió entonces el poder al presidente de la República. Pero Alcalá Zamora se lo negó, e impuso gobernantes de transición, sin apoyo parlamentario, que tuvieron que convocar elecciones anticipadas.
Llama la atención el gran número de partidos y organizaciones que componen el Frente Popular. Tiene dos explicaciones: una interna y otra relacionada con la situación internacional. La interna tiene relación con la legislación electoral vigente durante la II República, que no atribuía los escaños de manera proporcional, sino por listas, de manera que se premiaba a la lista más votada, de manera que una diferencia mínima en votos podía traducirse en un sustancial número de escaños; por ello se creaban grandes coaliciones que incluían en su seno a las tendencias más extremistas, incluso contradictorias en lo esencial. En relación a la situación internacional, la Internacional Comunista planteó la necesidad de llegar a alianzas con socialistas y partidos burgueses de izquierda para contrarrestrar el avance del fascismo a principios de los años treinta. En España se creó también por influencia del Frente Popular surgido en Francia.
Análisis:
Este documento presenta dos partes bien diferenciadas. En la primera hallamos la relación de fuerzas políticas que forman parte de la coalición que acude a las elecciones generales. En la segunda se recogen algunos de los propósitos de gobierno, así en el punto I: Una amplia amnistía a las víctimas de la represión; el punto VII es el que mejor muestra la moderación del programa, pues define la República como un régimen liberal democrático que rechaza el control obrero, aunque se compromete a mejorar su condición sin perjuicio del bien general; y el punto VIII hace referencia a una enseñanza en manos del Estado, de calidad y tolerante, alejada de dogmatismos religiosos y de interesesclasistas, principios claramente influenciados por la ILE.
Comentario:
Comentario:
Partidos que los forman: Las izquierdas, tras el fracaso de 1934, habían iniciado un proceso de colaboración, cuyos fautores fueron Manuel Azaña e Indalecio Prieto. Pactaron un programa común para presentarse a las próximas elecciones. Esta alianza electoral ha pasado a la historia con el nombre de Frente Popular, que, compuesto por unas 12 formaciones, entre sus componentes destacan:
- Republicanos de izquierda, cuyo hombre más representativo era Azaña.
- Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Era el partido obrero de mayor importancia política. Contaba con un fuerte sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT). Se hallaba dividido en tres sectores representados por Julián Besteiro, Prieto y Largo Caballero. Besteiro, el más moderado, era partidario de no participar en el poder sino de influir en una legislación de carácter social reformista. Indalecio Prieto, que era partidario de entrar en el poder y colaborar con los republicanos de izquierda. Largo Caballero era quien poseía más seguidores; su postura se fue radicalizando y tuvo una gran responsabilidad en el estallido de la guerra civil.
- PCE. Los comunistas, muy dóciles a la estrategia diseñada en Moscú, no podían ocupar una posición central en la política antes de la guerra civil, pues sólo habían obtenido un diputado en las elecciones de 1933. En Cataluña existía el PSUC, una unión de socialistas y comunistas, y el POUM, comunistas desligados de las cosignas estalinistas.
En Cataluña se formó la coalición Front d'Esquerres de Catalunya, a la cual apoyaba el Frente Popular allí, y en la cual se integraron los nacionalistas republicanos catalanes como ERC. Muchos anarquistas, aunque tradicionalmente no votaban, veían con entusiamo una posible vuelta al poder de la izquierda parlamentaria y acudieron a las urnas.
Programa: El programa incluía, en primer lugar, la amnistía para los delitos "políticos y sociales" (el excarcelamiento de todos los detenidos por la “Revolución de Octubre”), la continuidad de la legislación reformista del primer bienio y la reanudación de los procesos de autonomía de las "regiones".
Resultados electorales: En las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular triunfó por un escaso margen de votos (34,2 por 100) ante el bloque derechista (33,2 por 100). Las candidaturas de centro se hundieron. La situación parlamentaria no tradujo este virtual empate sino que daba una cómoda mayoría al Frente Popular. Azaña formó un Gobierno compuesto solo por republicanos de izquierda. Los partidos de base obrera del Frente Popular se limitaban a un apoyo parlamentario. Sin embargo, durante el gobierno del Frente se produjo una polarización política y social.
Primeras actuaciones políticas: Retomaron la política reformista anterior, pero a un ritmo más acelerado. Las bases populares forzaron una política de hechos consumados, posteriormente legalizada: la amnistía de presos políticos o la ocupación de fincas en Andalucía y Extremadura para continuar la reforma agraria. Se repuso la Generalitat de Cataluña, con su presidente Companys.
Militares políticamente sospechosos fueron alejados de los centros del poder: Franco (Canarias), Goded (Baleares) y Mola (Pamplona). Medida ineficaz, porque la conspiración -en marcha desde marzo- fue dirigida por el propio general Mola.
La designación de Azaña como presidente de la República tras la destitución de Alcalá Zamora, fue un grave error, pues era uno de los escasos gobernantes que podían haber evitado el fatal desenlace. Le correspondió la jefatura del Gobierno a Casares Quiroga, persona manifiestamente por debajo de las circunstancias a las que debió hacer frente. Presidió un Gobierno débil, incapaz de frenar una situación de antagonismo creciente. Lo peor de la ejecutoria del Gobierno no fue lo que hizo sino lo que no supo evitar.
El desorden público existente jugaría un papel importante en el estallido de la guerra civil. Hubo unos 350 muertos y numerosos incendios. Las masas del Frente Popular incendiaron iglesias, periódicos de derechas y locales de estos partidos. Los anarquistas siguieron luchando por implantar su utopía libertaria mediante la “acción directa”.
Respecto a la derecha, el fracaso de la CEDA favoreció opciones partidarias de derribar la República por la fuerza militar. Falange Española se implicó en una espiral de atentados y fue ilegalizada por el Gobierno. El clima de violencia culminó el 12 de julio con los asesinatos del teniente de asalto Castillo (socialista) y, en represalia, del diputado monárquico Calvo Sotelo. Por supuesto, esta violencia descrita no justifica en absoluto la sublevación militar del 17 de julio, que produjo un número de víctimas infinitamente superior.
Respecto a la derecha, el fracaso de la CEDA favoreció opciones partidarias de derribar la República por la fuerza militar. Falange Española se implicó en una espiral de atentados y fue ilegalizada por el Gobierno. El clima de violencia culminó el 12 de julio con los asesinatos del teniente de asalto Castillo (socialista) y, en represalia, del diputado monárquico Calvo Sotelo. Por supuesto, esta violencia descrita no justifica en absoluto la sublevación militar del 17 de julio, que produjo un número de víctimas infinitamente superior.
Conclusión
Si el Frente Popular fue un instrumento ideal para obtener la victoria en las elecciones, se mostró mucho menos apropiado para el ejercicio del poder. Si se le puede elogiar por haber tenido la voluntad de llevar a cabo reformas globales muy por encima de experiencias habidas en otros países de Europa y hacerlo en un contexto difícil a causa de la profunda crisis económica y del auge del totalitarismo, debe ser censurado por haber permitido que sus tendencias extremistas se impusieron a las moderadas, que se rechazase unas reglas comunes de convivencia, que se faltase el respeto a las normas de la democracia, contribuyendo al fracaso colectivo que siempre es una guerra civil.
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